Nos reimos, nos burlamos, los disfrazamos, les hacemos hacer las cosas que no hacen, que nunca hicieron y que nunca harian si no fuera por la violencia con la que se las imponemos. Los torturamos, los atamos, los quemamos, los herimos, los hacemos sufrir de una forma que no podemos ni siquiera llegar a pensar. Les arrebatamos a su familia, los mudamos, los usamos, los violamos, los comemos, los vestimos, los mandamos, los volvemos a torturar una y otra vez. Respiro profundo. El dolor es muy grande. Obviamente no tan grande como el de ellos. Respiro y pienso en que hacer, en como hacerlo. Como luchar contra una raza burlona. Somos los payasos del circo, somos los que hacemos piruetas tontas, somos los pim pum pam de la cuadra. Vivimos la vida tonta. La vida del que no replantea ni piensa, eso se lo dejamos a los que leen libros. La vida del que hace lo que le dicen. Del que toma leche de la pobre vaca porque me lo dice el cara de caca de la tele. Vuelvo a mi, a mi texto, a la cancion de la carta. Vuelvo a pensar como hacer. A quien le escribo? A nadie, el mundo pierde porque somos un mal chiste. No me causa gracia. No me rio y en vez de eso lloro. Data y data y mas data. Me harte de mi misma. Ya me agote de llorar y no saber como salir de esta rueda eterna tan dolorosa. Nada de lo que escriba va a conseguir que cierren todos los circos mañana, que se termine con el extermino, que desaparezcan los zoologicos. Y entonces para que escribo? Dejo la computadora, la pongo a un lado y respirando el aire que esta mas cerca de mi nariz, respirandolo todo, le pido perdon a todos esos animales que estan ahora mismo encerrados en circos y en zoologicos, les pido perdon por no saber matar payasos con palabras.
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