A los mas chicos les decimos que esta mal mentir pero nosotros los adultos, no paramos de enseñarles a hacerlo. Les decimos que hay un viejo barbudo que se viste de rojo y que viene super abrigado en pleno diciembre a dejar regalos a quien se haya portado bien, que se mete por la chimenea de noche y que deja los presentes debajo de los árboles que están dentro de las casas; moraleja: portate bien y recibirás regalos. Les decimos que las milanesas, las salchichas, la morcilla, los chorizos y las hamburguesas, entre otros, son comida, que necesitamos para crecer sanos y fuertes. Piedad para quien ose despertar alguna de las mentes frescas de algún niño contándole que eso que llaman comida son animales que fueron asesinados y que eso que nos comemos no son mas que partes de su cuerpo. Les decimos que unos reyes magos llegarán montados en camellos y que tenemos que dejarles nuestros calzados para que nos dejen regalos, ah, y agua y pasto para los camellos que están sedientos de tanto viaje. Les decimos que los demás animales están para servirnos, que las vacas son tontas, que las ratas son peligrosas, que las arañas solo pican, que los cerdos son sucios, que los burros son estúpidos y las víboras malas. Les decimos también, que necesitan leche de otra especie para que sus huesos crezcan sanos, obviando que esa leche estaba diseñada para ese bebé de esa otra especie, no para nosotros. A los más chicos les pasamos nuestros mitos, cada una de las fantasías que nos creímos se las pasamos a ellos y perdemos en el camino el poder que tiene la verdad, la única capaz de cambiarlo todo.
