La violencia está naturalizada. La pirámide de la opresión arranca con los demás animales, pasa por las mujeres, por los colores de las pieles de cada humano, por su economía, hasta llegar al hombre blanco, masculino, rubio; Hombre Dios. Pero detrás de esa brecha inventada por nosotros mismos se esconde la verdad, esa que nos demuestra día a día que Dios no es hombre ni existe, que hacemos guerras y matamos por personajes también inventados, que criamos y asesinamos animales para comerlos, que entre nuestra propia especie nos violamos, nos abusamos, nos golpeamos, nos torturamos. Me pregunto hasta cuando vamos a tolerar tanto. Abrazo fuerte a las mujeres que se atreven a contar su dolor, abrazo a Thelma, abrazo a aquellos animales que están sufriendo las consecuencias de nuestros hábitos, abrazo a cada unas de las víctimas de este mundo y pido a la masa que apresuremos el mechero, que le subamos la fuerza para que esto hierva de una vez por todas.
