Somos hojas en blanco, manchadas por nuestra cultura, sucias por la historia de unos pocos, percudidas a través de los años, hojas rotas, deterioradas, llenas de garabatos ilegibles, hojas resquebrajadas por padres, hermanos, abuelos, maestros, hojas mal escritas, con historias sin conceptos, con vidas sin sentido. Apoyo la hoja delante de mi y borró todo, como si fuera un acto impulsivo, aunque no lo es, lo borro y me reescribo, me reinvento, me creo a mi misma y a esa mejor versión que puedo ser, esa que nos comprende a todos y a cada uno de los seres del planeta. Despierto.
