El mismo nivel de opresión, ese que llega hasta la muerte. Quizás el caso del genocidio perpetuado por los Alemanes en la segunda guerra mundial es uno de los ejemplos más claros como para definir lo que viven los demás animales día a día. De por sí, la arquitectura de los campos de concentración, está basada en mataderos de animales de otras especies. Encierros, opresión, torturas y por último la muerte; la vulneración más grande de derechos que puede existir, esa que dice que tu vida no es tuya, y que el poseedor tiene el derecho a hacer con ella lo que quiera, hasta puede quitártela y después trozar tu cuerpo muerto, asarlo y comerlo. Los animales que criamos para matar tienen la capacidad de sentir, listo, no hay mas frases, ellos y nosotros sentimos, ¿Por qué entonces vamos a aceptar que encierren, opriman, torturen y maten en nuestro nombre? Estamos ya en posición como para asegurar que el Holocausto no terminó, que sigue, que simplemente cambiaron las víctimas. Si queremos saber que lugar de la historia hubiésemos tomado en aquel momento, simplemente veamos el lugar que elegimos tomar ahora.
