Lo que me cuesta entender es la gente que justifica su elección de comer animales con la idea de que ellos, o sea, los demás animales, son inferiores a los homo sapiens sapiens, o sea nosotros. Aquí me paro a pensar un segundo, miro a Perico, el perro con el que convivo, y miro a La China, la gata mas linda del mundo, ambos son mi familia. El tema es que los veo interactuar, él con un pedazo de pan duro en la boca, ella caminando a paso ligero pensando en anda a saber que, o quizás solamente andando; ella ahí y ¡Tápate! se le aparece Perico con su pedazo de pan, que la mira malo y ella lo ve y se para de repente, ¡alarma! dice todo su sistema, alarma perro mal humorado, así que simplemente para, y niega enfrentarse a un perro, marcha atrás con todo su cuerpo y cambio de carril. Eso no es prueba suficiente como para laburar nuestra moralidad? No nos alcanza con saber que todos los animales evitamos el dolor, el peligro, el sufrimiento. Y si lo analizamos, de la manera más profunda que podamos, sin la excusa de que las plantas sienten o que los leones en la selva o que las proteínas, sin ninguna excusa para jugar, si simplemente pensamos que lo hacemos porque siempre se hizo, porque es lo que nos enseñaron, no una elección, hagamos el ejercicio de sacarnos las trabas aprendidas, los egos, tratemos de conectar con la mas pura verdad, ¿mataríamos a ese animal que yace trozado sobre nuestro plato, lo mataríamos habiéndolo visto antes? No voy a negar que alguno sí lo haría, pero no la mayoría de nosotros no, no los que queremos un mundo mas justo para todos.
