Son nuestros esclavos, nos creemos que tenemos más derechos que ellos porque en algún momento de la historia se determinó que así podía ser, que era legal criarlos para después matarlos y comerlos, meterlos en jaulas para entretenernos con ellos hasta que se pudran y usarlos para experimentar desde armamentos hasta productos de cosmética. Repetimos lo que se viene haciendo solo porque se viene haciendo, no tiene una razón más profunda, lo hacemos porque siempre se hizo y dejar de hacerlo requiere pensar distinto. Será la pereza mental, será la idiotización que nos generan los medios de comunicación y la escuela, será la absurda gula que gana ante la vida de un otro, será el miedo a lo distinto; me pregunto qué será lo que no nos deja hacer de este un mundo más justo para todos.