Hoy fue tremendo. Estamos agotados emocionalmente. Cientos de animales que no pudimos llevar, que nos corrieron, animales muertos de hambre y sed. Entramos en los galpones de Cresta Roja con la excusa de darles de comer porque ya no nos querían dejar entrar más, y sacamos a todos los animales que pudimos. El viento abría y cerraba las puertas de hierro de las naves donde los crían y arrastraba a los animales que se quedaban atrapados debajo, mientras las puertas iban y venían; nosotros sin poder ni siquiera movernos porque estábamos literalmente rodeados. Esas cosas que se quedarán en un espacio de tu memoria para siempre. Mientras tanto el encargado y su familia miraban la tele. Dolor, mucho dolor de ser parte de la peor especie de todas.
