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Siento

Somos seres sociales. Tenemos grupos a los que influenciamos y que al mismo tiempo nos influencian. Cuando tenemos una convicción muy fuerte, como elegir no comer animales, o nos alejamos del grupo de pertenencia o los demás miembros se suman a nuestra lucha; las demás opciones son dolorosas. Yo deje de comer animales a los 11 años, cuando vi un documental de Briggite Bardot que mostraba imágenes de mataderos. Mis padres me respetaron, aunque ellos siguieron con la misma alimentación. Lo único que segui comiendo fueron peces, no se porque no hice la conexión en ese momento, quizás porque morfológicamente son tan distintos a nosotros, no se, ahora me arrepiento de haberme llevado a la boca a esos seres que quieren vivir tanto como los otros, pero entiendo que no era ese mi momento de verlo. A los 15 me metí a hacer un voluntariado en el antirrábico de mi barrio, donde me juntaba con las "locas" a las que la edad no les impedía luchar por lo que creian, mas allá de sus limitaciones especistas. Con los años me acostumbre a respetar a quien en la misma mesa se comía a un animal. Pero con el tiempo, ya adentrándome mas en mi lucha, que encontré cuando me propuse buscarme a mi, buscar a eso que me crecía de las tripas, encontrar el lugar que mas allá del dolor me hacia feliz porque sentía justo y necesario, cuando me busque, encontré mucho dolor, encontre injusticias en cada rincón, encontré angustia y padecimiento, en mi camino hacia mi, me encontré con la verdad. Y duele, claro que duele, duele saber que en el mundo se asesinan animales para comer, para vestirnos, se los oprime para divertirnos, se los enferma y tortura para medicarnos, duele que unos tengan tanto y otros ni siquiera tengan agua, todo duele y es innecesario, duele mucho cuando sos consciente de ello y cuando sabes que el sistema esta armado de esta manera y encima lleno de soldados ignorantes que repiten sin parar las mismas mentiras de siempre, duele. Pero somos materia y energía, y de la misma manera que encontramos ese dolor en la verdad, encontramos el amor en la verdad, amor traducido en humanos que aunque no conozcamos sabemos que sienten lo mismo con cada uno de sus órganos que nosotros, seres a los que conocemos sin conocer y a los que queremos aunque quizás no los hayamos visto jamas. Cuando el amor se enamora de la lucha se reproduce la conciencia, y crece tan rápido, que me hace creer que el sueño de un mundo mas justo para todos no solo es verdad, sino que también es posible. Gracias humanos hermosos por hacerme sentir que es posible un mundo mejor.

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