Calificamos a los demás animales con los mismos parámetros que usamos para los humanos. Hablamos de su nivel de conciencia o de su inteligencia y nunca jamás nos hemos metido dentro de alguno para entender lo que piensa y siente. Pero esta idea que se mueve como un inconsciente colectivo, es la que permite mantener la farsa. Somos la raza de las injusticias justificadas. No podemos de ninguna manera saber que es lo que ellos piensan, no hay forma, solo podemos leer el amor o el sufrimiento que en ellos hay, podemos notar su felicidad, su miedo, su enojo. Mantenemos con ellos la animalidad, pero en todos los casos se desarrolla de formas diferentes. Todas ideas de humanos, investigaciones de humanos, creencias de humanos igual que la que cree que dios le dio vida a este mundo, la naturaleza fue creada por el hombre dicen; prepotentes. La humildad es una de las herramientas que se necesitan para llegar al cambio y el egocentrismo es la clara demostración de que los monstruos existen.
